Visión doble, también conocida en términos más técnicos como diplopía, puede darse solo en un ojo o en los dos.
Si cerramos un ojo y seguimos viendo doble, estamos frente a un caso con visión doble monocular.
Ahora bien, si la visión doble sólo se manifiesta cuando ambos ojos permanecen abiertos, estamos frente a un caso de visión doble binocular.
Diplopía monocular.
Una causa habitual de visión doble monocular suele ser el “Síndrome del ojo seco”. Dicho síndrome se caracteriza por la alteración en la calidad de la película lagrimal, agravándose cuando se lee o se trabaja con el ordenador simplemente por el hecho de tener que centrar la visión y parpadear menos.
También puede deberse a problemas de córnea, cataratas o diferentes retinopatías, o simplemente a una falta de actualización de la graduación, a que los cristales esten excesivamente rayados y/o que la montura esté deformada.
En la visión doble monocular las imágenes se suelen ver borrosas o se superponen unas con otras y es la menos común.
Diplopía binocular.
Este tipo de diplopía es la más habitual, sobre todo en adultos. En este caso, las dos imágenes por lo general, son muy distinguibles y hay separación entre ellas.
Puede estar vinculada a algún traumatismo, un problema cervical, cerebrovascular u otras enfermedades como alteraciones de origen tiroideo.
Es muy frecuente que pueda deberse a un incorrecto funcionamiento visual como puede ser una mala alineación o debilidad muscular de los ojos.
Tipos de diplopía.
Horizontal: cuando las dos imágenes aparecen una al lado de la otra.
Vertical: cuando las dos imágenes aparecen una bajo de la otra.
Oblicua: cuando existe un desplazamiento entre las dos imágenes en diagonal.
Síntomas.
La sintomatología de una visión doble sea mono o binocular es tremendamente incómoda y en muchos casos resulta incapacitante. Podemos encontrarnos desde el típico dolor de cabeza y de ojos, hasta la pérdida del equilibrio e incluso vértigo.
Tratamiento.
El tratamiento se ha de adecuar a las causas que hayan provocado la visión doble pudiendo ir desde unas lentes correctoras o ejercicios de Terapia visual hasta una cirugía adecuada.
Por lo tanto, cuando detectemos un trastorno de este tipo, el primer paso y más importante siempre debe de ser evaluar la correcta funcionalidad del sistema visual por parte de un Optometrista Comportamental de forma urgente y a partir de sus resultados, será justo este especialista el que nos orientará de cuál será la mejor ruta a seguir.